Lo que siempre he soñado ser
"Nuestra realidad actual no es otra cosa que el resultado de las decisiones y las acciones que libre y voluntariamente hemos decidido tomar y realizar"- Paulo César Ramírez Silva, Fundador Human Evolution Consulting, S.C.
Para hacerlo, primeramente vamos a ir un poco hacia el pasado, puesto que gracias a éste, nos hemos formado y hemos desarrollado las metas y sueños que ahora tenemos.
Si no has visto la película “Mi encuentro conmigo” (Película “Mi encuentro conmigo” The Kid. Bruce Willis. Walt Disney Movies. 2000) te la recomiendo bastante. Es una película donde una persona se encuentra consigo misma vinculándose con su infancia, recordando lo que soñaba, cómo era y cómo se fue desarrollando hasta el presente.
Es cierto que para entender el presente necesitamos entender el pasado, y para entender el futuro es necesario entender el presente. Por lo tanto, vamos a realizar algunas reflexiones:
¿Estoy siendo lo que he soñado ser?, ¿eso en qué ayuda a mis metas y productividad?, ¿ayudará a hacer las cosas siempre bien?
Vamos a plantear un par de situaciones:
1. Una persona hace realmente lo que ha querido hacer.
2. La misma persona hace lo que las circunstancias le han determinado hacer.
¿Cuál persona logrará mejores resultados?
Así es, entonces es por eso la importancia de hacer lo que realmente uno quiere hacer. Claro que existen ocasiones en las que temporalmente uno se tiene que adecuar a las circunstancias, pero cuando esto se convierte ya en una forma de vida puede llegar el día en que uno despierte y se pregunte a sí mismo ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Desafortunadamente hay personas que se hacen esta pregunta ya cuando varias décadas de vida han pasado… ¿Qué necesidad hay de eso?
En una ocasión escuché una anécdota donde a una persona le preguntaron: “Tío, tú que eres tan inteligente, tan capacitado y sabes tantas cosas, dime, ¿qué sería bueno que estudie?” -entones el tío responde- “¿Decirte qué estudies?, ¡ah caray!, pues, ¿qué te gusta hacer?” -entonces la sobrina le contesta- “No tío, lo que pasa es que soy consciente de la situación del país y en específico la laboral, por eso quiero escoger una carrera que realmente me sirva para el futuro” -le dice su tío- “OK, a ver, ¿pues cómo te imaginas tu vida en el futuro?” -contesta la sobrina- “Mira, yo me imagino que tengo una casa grande, estoy casada, ejerciendo una profesión pero tal vez tiempo parcial, soy reconocida y materialmente no me falta nada, puedo viajar y conocer el mundo” -su tío le comenta- “Muy bien, entonces te diré lo que necesitas hacer: escoge una muy buena universidad en el país, una muy buena y cara. Luego elije la carrera que sea, realmente esto no importa mucho. Posteriormente identifica claramente a los muchachos que cumplan con ser inteligentes, muy trabajadores e hijos de empresarios importantes. Selecciona a los mejores 3 y enamóralos. De los 3 seguramente uno debe caer. Claro que si de pronto se requiere que utilices alguna táctica un poco más sensual para que logres enamorarlos, pues ni modo, es parte del trabajo. Ya cayendo uno asegúrate de mantenerlo feliz, ¡luego te casas con él y listo!, ¡tendrás todo y más de lo que me has dicho!” -entonces la sobrina responde ofendida- “¡Cómo eres tío! ¿Cómo crees que yo voy a hacer eso?, ¿qué clase de mujer crees que soy?” -el tío finalmente dice- “¿Acaso no lograrías todo lo que me dijiste que quieres para tu vida?”
Esta anécdota posee grandes enseñanzas: saber bien qué es lo que quieres y cómo quieres lograrlo. Los mejores resultados se obtienen cuando uno hace realmente lo que uno quiere, lo que nos apasiona, no lo que puede “garantizarnos buenos resultados”.
Por otro lado, si no se ni a dónde voy ni cómo quiero lograrlo seguramente ahí llegaré.
Recuerdas, ¿qué soñabas que serías cuando fueras “grande”? Recuérdalo. ¡Vamos!, ¡hazlo!
Ahora, ¿cómo te sientes recordando? Es importante que notes si la sensación al recordar es agradable, desagradable o neutral. ¿Por qué crees que sea cada una de las sensaciones? Te invito a que reflexiones qué significan. En especial si es una sensación desagradable o neutral. Tal vez indican que hay algo que hacer al respecto…
Si la sensación es agradable, es muy posible que te encuentres muy contento con tu situación actual, sea exactamente o no como la habías planeado, ya que aceptas completamente cualquier cambio que hubo en el trayecto y ahora disfrutas el recordar y la persona que eres actualmente.
Si la sensación es neutral, seguramente no estás recordando lo verdaderamente importante, ya sea porque no quieres o porque quieres engañarte diciendo que no es importante y que todo está bien.
Si la sensación es desagradable, ya sea sólo un poco o muy desagradable, esto indica que todavía hay cosas por ajustar en tu vida; tal vez pendientes por hacer, retomar algunos proyectos o simplemente pequeños ajustes. Cualquiera que sea no te preocupes, todavía hay tiempo, pero tal vez no tanto, por lo que no hay que esperar mucho para realizarlos…
Un emprendedor exitoso requiere constantemente preguntarse:
¿Estoy generando las suficientes causas que generarán mis metas?
Desafortunadamente a muchas personas se nos enseña a enfocarnos en las consecuencias y no en las causas. Es decir, queremos éxito profesional, dinero, fama, trascendencia, salud, felicidad, etc., pero de lo que no nos damos cuenta es que todo esto son sólo consecuencias, y lo importante es identificar las causas que generarán dichas consecuencias.
Recuerda también que pocas y mínimas causas es muy probable que generen pocas y mínimas consecuencias…
¿Cómo van a cambiar de aquí en adelante mis decisiones (pequeñas y grandes) sobre lo que estoy haciendo AHORA?
*EL tema completo lo encuentras en el libro Desarrollo de Actitudes y Habilidades Emprendedoras (DAHE) del Ing. Paulo César Ramírez Silva. Segunda Edición. Adquiérelo en www.emprendedoresenevolucion.org ©Todos los derechos reservados. México, 2010.
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